viernes, 20 de noviembre de 2020

Dejar de ser universitaria a los 48

 Comencé mi carrera universitaria a los 25 años casada con tres hijos. El más chico tenía 1año, otra 5 y otra 6. Con mis hijas comenzando la primaria fue muy difícil. Durante la crisis de 2001 dejé un par de años y el 2007 hice un montón de materias e incluso rendí las más dificil de toda la carrera libre. La última práctica de la carrera fue horrible en un servicio social de un hospital la jefa no se hablaba con sus compañeros y yo le caí muy mal. Al final fui a pedir un cambio y terminé haciendo dos practicas como castigo, esta vez en educación. Pero mi objetivo era recibirme lo antes posible. Después, realicé unas pasantías y me decepcioné terriblemente de lo que es realmente ser Trabajadora Social. En 2009 mi esposo me dejó y no conseguí trabajo y me dediquè a tejer muchísimo para parar la olla.Mi cuerpo tiene todas las secuelas imaginables. Vivir de tejer ya no es posible.




El 3 de diciembre además de ama de casa, trabajo que tengo desde los 20 años y en el que ya llevo 28 años, voy a ser Trabajadora Social.
El otro día una compañera me preguntó: estás contenta le dije que no, que si me hubiera recibido cuando yo quería si, pero eso no pasó y no estoy contenta. No tengo expectativas al respecto. Gente más joven que yo no  ha conseguido trabajo. Yo necesito tanto ganar dinero que es obsceno mi interés por poder simplemente pagar mi comida o el servicio de internet o enviar cartas. Lo que tanto me gusta. Me dijo sos negativa. Yo me llamo realista, le dije. En realidad pienso que alguien que te llama negativa no ha leído a Byung Chul Han, pero seguramente si, a Pilar Sordo. Exceso de positividad debido a tanta mentira de un sistema que nos miente que todos podemos y que los pobres o excluidos lo son, por no haberse esforzado lo suficiente. De  esfuerzo sé un poco.
Practico mi presentación y espero que salga todo bien. No quiero contarle a mis parientes, eso incluye a mi madre. 
Mi hija me regalò este peluche hace varios años con la esperanza de que ese año fuera mi graduación. Pero no pasó. Hay algo que me haría feliz un ramo de flores, eso era lo que yo imaginaba siempre. Le conté que por fin iba a rendir a un ex y ofreció pagarme la peluquería.  Me ofendió, no sería genial que sea él el que me mande las flores?. Parece que no.
Alguna vez lo amé tanto....
















No hay comentarios: